Mientras tanto, mucha gente empezó a trabajar en el sector CAD y al verme muy preparado y apasionado, unos amigos me propusieron que les enseñara programas como ZBrush, del que había sido uno de los primeros usuarios en Italia. Debo reconocer que al principio me asustó un poco que alguien quisiera pagarme por enseñarle y sobre todo el hecho de hablar frente a diferentes personas aunque fueran conocidos. Pero después de las primeras clases en casa con amigos vi que me gustó y los chicos se llevaban muy bien. A lo largo de los años he perfeccionado mis técnicas no solo artísticas sino también didácticas, encontrando métodos cada vez mejores para poder explicar de forma sencilla programas muy complejos y sobre todo eliminando todas las funciones que no interesaban a los alumnos en la práctica. He hecho tanto clases en vivo con grupos de 5 o 6 personas como mixtas, alguien remotamente alguien en vivo. Con el tiempo he notado que los alumnos siempre aprenden mejor en cursos individuales que en grupos, porque cada uno tiene diferentes niveles de aprendizaje o empieza con diferentes conocimientos.