Era el más conocido en este sector, ya trabajaba para grandes marcas y era hora de montar mi propio negocio. Elegí Malta por varias razones: está en el centro de Europa, es multicultural, tiene impuestos subvencionados para nuevas empresas y, por último, pero no menos importante, es un hermoso lugar para vivir. Así fundé la primera L3D ART (luego establecí varios otros en Inglaterra, Italia, Escocia, Argentina y Dubai). Tenía algunos diseñadores CAD en mi equipo y mucho trabajo. Por lo tanto, pude ampliar mis horizontes tanto en el campo del modelado CAD como en el de la educación. Mientras tanto, junto con otros socios, encontré el tiempo para fundar otra empresa: Maltaloe. Para seguir otro interés mío en productos naturales. Han sido años muy fructíferos, en cuanto a contactos creados y crecimiento personal.